14.5.11

Arañando pétalos de carne

De repente la risa se hizo silencio blanco y como bruma aparecieron las palabras, y se hizo espuma, y de las manos se hizo calma, viento que los ojos apagan en la última llama, pasión que se hizo sentimiento y del momento inmóvil se hicieron las palabras. De repente, la vida se volvió errante. De repente, Sin tus uñas, sin tus manos, sin tu lengua…. envenenado de mi, de repente soy nada…

De repente del silencio que quedo como estigma, agazapado en la oscuridad, sale tu nombre, retumbando en mi cabeza…y tus ojos, tus labios, tus manos, tu cuerpo... tu sexo, tu humedad…y tu intimidad...y dibujando círculos en cada instante, pinto aromas sobre ellos…. sabor, olor, deseo… De repente volví a recordar, sin tu uñas soy nada…
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