Aun queda algún perverso deseo oculto protegido en el abrigo lascivo a
tu mirada...
Aun queda algún febril deseo que me conduce a tu piel despiadada…
Aun queda roce de manos, bocas que se beben, y un puñado de timidez perdida en manos del placer… aun queda enroscada mi piel como tu presa...
Aun queda algún febril deseo que me conduce a tu piel despiadada…
Aun queda roce de manos, bocas que se beben, y un puñado de timidez perdida en manos del placer… aun queda enroscada mi piel como tu presa...
Aun queda un dèjá vu de ti para repetirte entregada, retenida y medio
desnuda…
Aun quedan traficantes silencios de deseos inquebrantables, que miran y queman, que aman y desean, que son ausencia y placer…
Aun queda belleza y abrazo a carnes huérfanas de todo ese deseo esencia que sacude mi ser…
Aun quedan traficantes silencios de deseos inquebrantables, que miran y queman, que aman y desean, que son ausencia y placer…
Aun queda belleza y abrazo a carnes huérfanas de todo ese deseo esencia que sacude mi ser…
Aun queda Edén, manzana y deudas a mis deseos...
…y queda el aroma maltrecho en el tiempo del flujo de tus labios, del poseído
viril de mi a tu acento…
…y queda la lucha contra el
tiempo en un baile sobre caderas, anclando sentir, reclamando vivir,
armonizando deseo y amor en esperas celosas de placer...
…y queda todo ese subterfugio sinrazón
de dos, juegos acallandos a golpes deseo, baile y sombras de un tango a vida…
Aun queda dulce vértigo piel y restos de la contienda… y un nudo sin
hilo para ovillar metáforas
clandestinas, desnudez dibujada en el perfil cálido de tu sabor salado…
Aun queda deseo en cada rincón que abastece a la curva de tu recuerdo,
placer que muere en tu ombligo, agitándose en tu vientre, a tiempo quieto e
inquieto…
Aun queda rozar, acariciar y mil grafismos mas a tu piel insinuante, avidez al ardor de tus susurros encadenados…
Aun queda rozar, acariciar y mil grafismos mas a tu piel insinuante, avidez al ardor de tus susurros encadenados…
Aun queda vuelo hacia tu cuerpo impregnado, sonrisa lasciva al pasear de tu piel, al licencioso de tu pecho, al ungido de tu vientre, al lacerado de tus labios…
Aun quedan apremiados deseos; al mimado de tu piel, al rubor de tu
aliento entrecortado, al sabor de mis labios a tu espalda, al desenfrenado del
instinto, al jugo de tu deseo, al buscar instinto, al impregnar deseo, al
infinito de tus jadeos...
Aun queda irme a dormir calado y despertar aun mas calado, entrecortar deseos en una tempestad que se diluye en silencios… y borra esos vacíos que siguen latiendo…
Aun queda irme a dormir calado y despertar aun mas calado, entrecortar deseos en una tempestad que se diluye en silencios… y borra esos vacíos que siguen latiendo…
…y febril deliro a tu aroma…
…y deseos prisioneros que no han dejado de serlo…
...y mi sentir mordisqueando tu pecho...
…y mi vivir penetrando en tu empapado…
…y tus uñas en mis desgrana…
… y sexo que se lacera…
…y respirar arrebato…
…y éxtasis dibujado a húmedos espasmos…
…y palabras convulsas inventadas para poseerte...
…y un espejo donde sigo viendo tu sonrisa y un deseo que maúlla…
…y un espejo donde sigo viendo tu sonrisa y un deseo que maúlla…
… y aún hoy, se escapa a mi control, problema y solución, y es que el
grito siempre acecha, es la respuesta… Allí donde solíamos gritar…
Y es que el grito siempre vuelve
y con nosotros morirá,
frío y breve como un verso,
escrito en lengua animal.
¡Y siempre está!
y con nosotros morirá,
frío y breve como un verso,
escrito en lengua animal.
¡Y siempre está!