…y atabas toda mi imaginación al perfil de tus caderas….cien, y una,
y mil tormentas me calaban y todas y cada una de ellas me llevaban al mismo
“match point” y tu lo buscabas… y transitaba el perverso sendero de tu vientre
con ardor en mis entrañas…y las confesiones se volvían apresuradas… y las
concesiones se multiplicaban sin retengo…y el ritmo sereno de la poesía se
volvía apresurada…y te convertías en tacto y sabor de todos los sueños….y no me
despertaba la madrugada….
Reinvente un mayo para reventarlo en tu piel…y mi mente en tu efigie…y la vida erizada…. y quemábamos fuego a pieles juntas… y el cielo nos servía de mantel para nuestras hambrientas bocas… y rubricábamos silencio con miradas… y mimábamos al tiempo con secretos…y minábamos el destiempo con placer…y avidez era la solidez que necesitábamos….
Ideábamos mil ataduras para no desaprovecharnos… suplicábamos deseos
en silencio con la intención de gritarlos, de soltarlos y someterlos, de
consumirlos entre orgasmos… de enloquecer entre el derroche….y perdíamos la
razón que nunca encontramos…y sentíamos a la razón que si encontramos…
…y la vida no era el gesto de las caderas, el advertido y egoísta
amor que nos encarcelaba… el deseo devorándonos que nos debíamos…el tan dentro
el uno del otro que éramos un alma… alma que nos desalma al agitado jadeo de un
sentir que nos alcanza…..
Invente un bisiesto sin años y con sueños, traspasando tiempos,
distancias y silencios… dejando vida retenida en amaneceres deseados…
reteniendo deseos de quietud impaciente mil veces deseados… invente el ansia
incontrolada que siempre me habita y lo vertí oscilante entre mil olas sin
horas….te respire, te ame, me resucite…. volé con alas nuevas y el mismo
sentimiento….y la memoria se lleno de ti…